Mira, corazón mio.
¿Qué es sino amar? Una promesa sellada a fuego, forjada la palabra, obligándola a encerrarse por un beso. Un juramento eterno, encadenado hasta el fin de he aquí, mis días. Un romance, cual plagiamos a Romeo y Julieta, de rodillas y clemencia , le ruego a Afrodita, que en tí culmine compasión, por este amor, sin dueño. ¿Qué es sino tú belleza? Más que en la noche regalas destellos tanto o más que una estrella, robándole el sentido a lo que creía hermoso, y en vano juré, que jamás te observaría. ¿Qué son sino tus ojos? Un reflejo, oh transparente como el agua, delicado tal que de mis manos veo, como escapas.